Tribunal Supremo de Madrid dictó ampliación de la condena a cinco años.
El abogado familiar espera envíar a más tardar este lunes la petición de indulto.
Rodrigo Lanza fue sentenciado por agredir a un guardia urbano en Barcelona.
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| Cercanos al joven acusan discriminación de la justicia hispana. |
La familia de Rodrigo Lanza, el chileno que fue condenado en España a cuatro años y medio de cárcel por la agresión a un guardia urbano de Barcelona, busca reunir las firmas para solicitar al Tribunal Supremo de Madrid el indulto al aumento de sentencia que podría llevar al joven de vuelta al encierro.
Lanza fue sentenciado por la Audiencia de Barcelona a cuatro años y medio. El joven cumplió condena por dos años y salió de la cárcel por buena conducta, pero ahora el Tribunal Supremo de Madrid dictó en junio pasado un aumento de pena a cinco años de prisión.
Los delitos que se le adjudican son el de autor de lesiones dolosas, lesiones imprudentes y atentado.
El abogado de la familia presentará ante el organismo una petición de indulto este lunes, sin embargo para ello la familia debe juntar firmas que apoyen la solicitud, las cuales pueden ser enviadas por internet.
Además de Lanza, también el Supremo condenó a Alex Cisternas y Juan Daniel Pintos a tres años y medios por lesiones dolosas y delito de atentado, quienes habían sido sentenciados anteriormente a tres años y tres meses.
Indemnización
El Supremo confirmó que los involucrados deberán indemnizar al guardia herido- quien está en estado vegetal- con casi un millón y medio de dólares.
Según la corte, los hechos se produjeron cuando una dotación de la guardia Urbana de Barcelona intentó controlar la madrugada del 4 de febrero de 2006 una celebración de una fiesta okupa.
En 2008 Lanza aseguró su inocencia a El Diario de Cooperativa.
"Hubo una carga policial brutal, me detuvieron en ese mismo momento, después me metieron en un coche, junto a Alex Cisternas que ya estaba detenido, yo no sabía que pasaba, pero dije bueno habrán habido disturbios y ya nos soltarán. No había pasado nada, yo no había visto nada, ninguna agresión hacía ningún policía. Después llegamos a la comisaría y ahí empezaron a gritarnos los policías que había un compañero herido, que éramos los culpables, que lo íbamos a pagar nosotros, sudacas de mierda, me golpearon en un calabozo solo", sostuvo.
